Como formadores, somos los arquitectos del entorno de aprendizaje. Cuando ignoramos estas dinámicas, mantenemos inconscientemente el statu quo. Pero cuando las reconocemos y las abordamos, creamos espacios de seguridad psicológica, equidad y respeto.
Escrito por Ntombizehlile Ncube, formadora principal de CTGA y coordinadora de cuestiones de género
Al entrar en cualquier sesión de formación, a primera vista parece un espacio neutral para el aprendizaje. Las sillas están dispuestas, los materiales distribuidos y la agenda establecida. Sin embargo, bajo esta fachada de uniformidad, existe una poderosa corriente subterránea: la dinámica de género. Esta dinámica suele estar determinada por la cultura, los prejuicios y las estructuras de poder inconscientes, y tiene el poder de dictar silenciosamente quién habla, a quién se escucha y cuyas ideas se validan.
Como formadores de Change the Game Academy (CtGA), nuestra responsabilidad va más allá de la transmisión de conocimientos. Somos curadores de experiencias, y damos forma no solo a lo que aprenden los participantes, sino también a cómo se sienten, se involucran y aplican esas lecciones en el mundo real.
Más allá de lo Binario: Comprender el Poder de la Dinámica de Género
Las dinámicas de género no se refieren simplemente a los hombres frente a las mujeres. Se refieren a las expectativas invisibles y las relaciones de poder que todos aportamos a la sala. Algunas voces dominan, mientras que otras son silenciadas debido a normas que rara vez se cuestionan.
Como formadores, somos los arquitectos del entorno de aprendizaje. Cuando ignoramos estas dinámicas, mantenemos inconscientemente el statu quo. Pero cuando las reconocemos y las abordamos, creamos espacios de seguridad psicológica, equidad y respeto.
De la Concienciación a la Acción: Estrategias Prácticas para Formadores
Reconocer el problema es el primer paso. A continuación, le indicamos cómo cultivar activamente el equilibrio y demostrar una fortaleza de género inquebrantable en sus sesiones:
En última instancia, la dinámica de género es fundamental para el propio proceso de aprendizaje. Cuando equilibramos con valentía el espacio durante la formación, modelamos el mundo equitativo, respetuoso y poderoso que todos estamos tratando de construir.