En las comunidades rurales de Siem Reap, en Camboya, se está gestando una revolución silenciosa. Con herramientas sencillas y una fuerte unión comunitaria, las escuelas primarias están movilizando recursos y transformando bibliotecas, aulas y futuros. Liderado por Keo Somalita y el Proyecto Kamboo, e impulsado por un curso de movilización de recursos locales, este movimiento demuestra que el cambio verdadero no siempre viene de afuera. A veces, nace desde adentro, con una chispa de esperanza y acción colectiva.
En las zonas rurales de Camboya, está en marcha una transformación silenciosa: las propias escuelas están tomando el liderazgo de su desarrollo, fortaleciendo el sentido de pertenencia y movilizando comunidades enteras.
En las comunidades rurales de Siem Reap, algo extraordinario está ocurriendo. Con creatividad, herramientas sencillas y mucha organización comunitaria, las escuelas públicas están consiguiendo recursos y transformando bibliotecas, aulas y el futuro de cientos de niñas y niños.
Este cambio comenzó con Keo Somalita, coordinadora nacional del Proyecto Kamboo, luego de participar en un curso de Movilización de Recursos Locales facilitado por el Comité de Cooperación para Camboya (CCC). A partir de esa formación, surgió un movimiento poderoso que demuestra que la transformación real muchas veces empieza desde adentro, con una idea que enciende la acción colectiva.
Despertar comunitario: Cuando la solución está en la propia gente
En las zonas rurales de la provincia de Siem Reap, muchas escuelas enfrentan la escasez. Faltan libros, materiales básicos, infraestructura mínima. Pero fue justo en este contexto que algo poderoso empezó a cambiar: las propias escuelas comenzaron a liderar procesos de transformación, con lo que ya tenían: saber local, organización comunitaria y muchas ganas de hacer diferente.
“Aprendimos que el poder de transformar nuestras comunidades ya está aquí; solo necesitábamos las herramientas correctas para liberarlo”, cuenta Keo Somalita.
Con ese conocimiento en mano, Keo y su equipo lanzaron dos proyectos piloto: el Proyecto Biblioteca y el Proyecto de Útiles Escolares. En el primero, dos escuelas recibieron mil dólares cada una para mejorar sus espacios de lectura. En el segundo, 200 estudiantes recibieron 20 dólares cada uno para comprar materiales escolares. “Esto demuestra que la movilización de recursos locales hace la diferencia. No se trata solo de conseguir fondos, sino de fortalecer la autonomía, la confianza y el poder de decisión de nuestras comunidades”, afirma Keo.
Una puerta que se abre — Literal y simbólicamente
El éxito fue tan inspirador que el proceso se amplió a nueve escuelas más, involucrando a docentes, comités escolares y liderazgos comunitarios.
Con el acompañamiento del Proyecto Kamboo, las comunidades elaboraron sus propios planes de recaudación de fondos e identificaron posibles donantes locales. En una de las escuelas, el viejo sueño de construir un portón se hizo realidad. “Llevaban años intentándolo, pero sin éxito. Después del curso, lograron hacerlo por sus propios medios. Estaban muy orgullosos”, cuenta Keo. Más allá del dinero, lo que se estaba construyendo era pertenencia, autoestima y protagonismo.
El trabajo no se detuvo. En 2024, el Proyecto Kamboo impulsó dos nuevas campañas comunitarias:
En total, cinco escuelas lograron recaudar aproximadamente 4.500 dólares con estas acciones locales. Un resultado que demuestra que, con formación y apoyo, las comunidades saben — y quieren — liderar su propio desarrollo.
Sobre el Proyecto Kamboo
El Proyecto Kamboo trabaja en tres áreas clave: agua y saneamiento, construcción sostenible y educación. Su principio es claro: ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas. En lugar de imponer soluciones externas, fortalecen capacidades locales para que las comunidades mejoren sus condiciones de vida a mediano y largo plazo.
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